La gravísima situación sanitaria que atraviesa el país por consumo de alcohol de contrabando se debe a los altísimos porcentajes de alcohol etílico y metílico, que se encuentran en estos licores y se deben a una incorrecta destilación de artesanos y personas que desconocen los procesos de la destilación.
Dependiendo del volumen y capacidad de los alambiques, los primeros litros del producto destilado así como los últimos residuales se deben descartar para el consumo, por su alta tenencia en alcohol etílico y metílico, siendo estos altamente tóxicos. El producto intermedio es el que se puede consumir y comercializar.
La destilación de licores es una práctica ancestral en todos los países del mundo, y su elaboración clandestina muy difícil de controlar y erradicar, por lo que pienso humildemente, que las autoridades sanitarias deben asesorar técnicamente a los artesanos y comerciantes, para una correcta y segura producción de alcohol.