Tras una semana de agitación por las manifestaciones de judíos ultraortodoxos que exigían permanecer exentos del servicio militar obligatorio, resurgen en Israel las fricciones entre religiosos y laicos que han dividido el país desde su nacimiento, en 1948.
El presidente francés, François Hollande, consideró el jueves 8 de septiembre del 2016 que el laicismo y la práctica del islam eran compatibles en Francia siempre y cuando se respete la ley vigente, y descartó promover cualquier “legislación de circunstancia”.
En un Estado laico lo público no puede usarse para promover opciones morales individuales, tampoco puede convertirse en juez de los proyectos de vida o en promotor de las ideas de perfección. El adoctrinamiento en una religión o determinadas creencias es incompatible con la laicidad estatal.
Pensando en el Estado laico, deseo decir una palabra, convencido como estoy de que son muchos los que, por el peso de las ideologías, los intereses o la simple pereza mental, andan medio despistados.