Me refiero al artículo del Diario EL COMERCIO del 28 de febrero del presente que se refiere a Rubén Darío, famoso poeta nicaragüense que dominó los estratos poéticos de Latinoamérica y España a finales de 1900. En esta relación de amistad hubo una persona, un colombiano que en esa misma época era un luchador de la causa liberal contrario a los godos (eran los conservadores), fue poeta, político, senador en Colombia y luego representante diplomático en La Habana en donde residió por más de seis años acompañado de su hija Gloria.