Los servicios secretos de Corea del Sur creen que la tía de Kim Jong-un podría estar muerta, aunque no pueden confirmarlo definitivamente, pues también manejan la posibilidad de que esté recibiendo tratamiento médico en el extranjero.
Un alto dirigente es destrozado por 120 perros de caza hambrientos. La historia es tan brutal que sólo puede encajar en un régimen de todo el mundo: el de Corea del Norte.