Elizabeth Cartagena, como todos los viernes, llega a las 19:30 al Guagua Quinde del Municipio, ubicado en la Juan León Mera, en el centro-norte de Quito. Después de encargar a su hija de dos años, toma sus rosas y empieza su jornada de trabajo en La Mariscal.
Los niños dibujaban y pintaban en cartulinas de colores. Otros cantaban y aplaudían con las instructoras. Los más pequeños jugaban con muñecos de plástico para bebés...
Con la puesta de sol, en La Mariscal no solo hay jóvenes en busca de farra. Los viernes es común observar a bebés, envueltos en cobijas y cargados en la espalda de sus madres, y a niños de toda edad, incluso adolescentes, que ocupan La Zona. Algunos acompañan a sus padres dedicados a vender caramelos y otros ya trabajan en eso; un grupo ofrece flores.