Bien por el Gobierno

El ejercicio de mi libertad de expresión me ha llevado a opinar sobre temas que los he considerado importantes para el futuro del país. He mantenido esta columna en un Diario independiente huyendo de las conveniencias, soslayando cortapisas, venciendo miedos. Es con este ánimo que he ponderado los aciertos del actual Gobierno en cuanto a iniciar los cambios que requería la educación superior, llevada a una situación desastrosa por quienes con una irresponsabilidad mayúscula nada hicieron para que no continuara hundiéndose. Tales cambios, como políticas de Estado, hallaron resistencias feroces en quienes llevados por la codicia descubrieron que entre los negocios altamente lucrativos, en un país indefenso, se hallaba el poner en el mercado universidades e institutos particulares que por lo general no respondían a requerimientos elementales.

En nuestro país llegar a cambios sustantivos en cualquier campo resulta obra de romanos, ni se diga en el de la educación superior, comenzando porque habían rectores que se hallaban convencidos que su gloriosa universidad era “de las mejores en Sudamérica”. No hablemos de investigación científica o de innovación tecnológica, extremos en los que nos hallábamos y aun nos hallamos en la edad del alba, con solo poner atención en ‘las tecnologías de punta’ que dicen emplear nuestros expertos o en aquellas investigaciones en las que los escasos recursos con los que se cuenta son utilizados para estudiar, digamos, el ritmo circadiano de cortisol en médicos residentes que hacen guardia en los hospitales, presuntamente en situación de estrés, ¡con el propósito de que se incrementen sus salarios! En estas circunstancias, ¿qué de extraño resulta que aún no se tengan resultados palpables de los cambios anunciados e iniciados?

A lo que voy. Luego de una rigurosa selección en estos días el Gobierno entregó 1 070 becas a jóvenes profesionales para que realicen estudios completos de posgrado en el exterior: maestrías y doctorados. El próximo año recibirán igual ayuda 2 000 más. Las becas cubren todos los gastos. Son miles de millones de dólares los que un Estado responsable está invirtiendo con el fin de que nuestro país tenga futuro.

Cuando retornen, ellos serán los que revolucionen la educación superior. Ellos serán los que utilicen tecnologías de punta. Ellos serán los que ‘sepan leer los journals’, por hoy indescifrables para la mayoría. Ellos serán los que sepan adoptar y adaptar las tecnologías que requiere nuestro desarrollo. Ellos serán los que presenten proyectos de investigación en los que el costo-beneficio se justifique y tanto como que alguno de ellos será financiado por instituciones extranjeras o internacionales. ¿Será mucho pedirle al presidente Correa que en beneficio del país respete la libertad de expresión?

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