Gas solamente con abrir una llave

Redacción Construir

Hasta hace 10 años el denominado sistema de gas centralizado era una verdadera novedad en el mercado inmobiliario nacional, aunque ya era práctica frecuente en otros países europeos y americanos.

En Quito recién se instalan sistemas de este tipo en 1998. El conjunto residencial Parque Inglés fue uno de los pioneros.

Para Kléber Borja, de Agipgas, un sistema de gas centralizado no es nada del otro mundo. En esencia, dice,  no es sino un sistema que consta de tanques estacionarios que almacenan grandes cantidades de gas, que se comunican por medio de redes de tuberías con cada una de las viviendas de un condominio.

En consecuencia, la compra de los molestosos tanques y los olores incómodos quedaron para el recuerdo: el dueño de casa lo único que tiene que hacer es abrir la llave de paso y listo.
 
Pero este punto a favor es solo una de las muchas ventajas que tiene el gas centralizado. “Otro beneficio palpable es la reserva energética. Con este sistema se instalan calderas de alto rendimiento que, al tener una mejor combustión, permiten un mayor ahorro”, afirma Daniel Vizuete, de Gas Company.

Adicionalmente, este método de distribución del gas es más seguro, especialmente en lo que se refiere a riesgo de inflamación, ya que el combustible no está almacenado en el interior del edificio o de la vivienda.

Todo el equipamiento está elaborado bajo rigurosas normas de calidad y está dotado con instrumentos de control. Adicionalmente, los equipos de medición individual garantizan el consumo exacto y el pago justo de la energía usada por cada vecino.

Además, requiere de poco mantenimiento. “Al ser el gas natural una energía con una combustión mucho más limpia, permite que las partes metálicas de las instalaciones no se corroan y el interior de los tubos de las calderas se mantenga como el primer día. Esto hace que los equipos tengan una mayor vida útil y, por lo tanto, requieran un menor mantenimiento”, comenta Fernando Sánchez, de Agipgas.

El gas centralizado respeta el medioambiente. Al carecer de azufre y otros productos contaminantes, produce una combustión más limpia y, por tanto, mucho más respetuosa con el entorno. Asimismo, continúa Méndez, evita la suciedad de las fachadas porque no emite hollín.

Otra de sus ventajas es el mejoramiento de la calidad de vida de los propietarios de los inmuebles. Al disponer de gas de una forma oportuna, las personas no están sujetas a la estresante presión que significa comprar un tanque de gas en el país.

Actualmente, instalar un sistema centralizado de gas para una sola vivienda puede costar entre USD 1 500 y 2 000.

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