Mientras conduce su vehículo utiliza comandos de voz para realizar una llamada, enviar un mensaje de texto o e-mail. No necesita presionar ningún botón en el móvil.
En 1982 la empresa nipona Seiko pensó que sería una buena idea lanzar un reloj de pulsera que fuera también televisor, una innovación que ganó un Guinness pero que apenas encontró más usuario que James Bond en "Octopussy" y que sirve hoy de lección para quienes se afanan en reinventar el reloj.