La fruticultura en Tungurahua y en Chimborazo pierde espacio. Las huertas de manzana, pera, claudia y durazno están en decadencia, debido a la falta de competitividad e inversión por parte de los productores. A esto se suma la escasa tecnificación y la falta de una renovación de los frutales. Además, es necesario una planificación para establecer los sitios de producción. Eso afecta a los cultivos de hoja caduca (que cambia cada año por ser un árbol de cuatro estaciones). Según un estudio efectuado por Jorge Fabara, expresidente de la Sociedad Ecuatoriana de Fruticultura y excatedrático de la Universidad Técnica de Ambato (UTA), en 1980 la provincia contaba con 7 200 hectáreas. Eso se logró con el Proyecto Tungurahua. Consistió en cambiar los huertos dispersos a comerciales. Para ello se construyeron canales de riego y se introdujeron 600 nuevas variedades entre flores, frutas y hortalizas.