En junio, la Asamblea General de la ONU elegirá a cinco miembros no permanentes para el período 2023-2024.
Todavía en cuenta de protección ante el KO técnico que provocó la palabra del papa Francisco, en el país nadie atina a conducir el diálogo.
Es lamentable que el presidente Correa haya tratado de aprovechar desde su discurso de bienvenida la visita del papa Francisco. Su discurso de más de 12 minutos, de corte político, contrastó con el evangelizador de Su Santidad, de no más de 6 minutos.
El Gobierno no acaba de aterrizar. Continúa encaramado en la nube celestial que nos dejó el papa Francisco. Cuando el Presidente declara que lo peor de las protestas ya pasó, mientras tiene por delante un mes de movilizaciones, marchas campesinas, un paro nacional y eventualmente un levantamiento indígena, exhibe una total pérdida del sentido de la realidad. Ya no se trata del clásico ardid político para minimizar la ofensiva de la oposición o para desviar la atención de la gente. Es pura ilusión.
La gente llegó desde lejos. Madrugó, sin importar ni la repentina lluvia quiteña ni el calor del Guayas. Mucha gente acampó en el parque al que llegó hasta una semana antes, desde todos los rincones, aguantando frío, calor, lluvias de verano, incomodidades.
Incluso antes de la llegada del papa Francisco al Ecuador, pues Quito y Guayaquil fueron embajadoras que lo acogieron con muestras de cariño en nombre de un pueblo que palpita de emoción a lo largo y ancho del país, los diversos medios de comunicación ofrecieron comentarios y excelentes gráficas, narraciones, entrevistas; siendo el diario nacido en 1906 el que se puso a la vanguardia condensando en el bello fascículo ‘Francisco en Ecuador’, el testimonio gráfico de su histórica visita del 5 al 8 de julio de 2015. ¡Enhorabuena!
Cuando se dio a conocer oficialmente la visita pastoral del papa Francisco al Ecuador quedó registrada una frase del arzobispo de Quito, Fausto Trávez: “La llegada del Santo Padre a Ecuador es una oportunidad para que todos nos manifestemos unidos como Iglesia, Estado, Municipio y demostremos al mundo y al Papa que en Ecuador sí nos llevamos bien”. ¿Por qué la advertencia era tan necesaria? Un clérigo observa con más nitidez el comportamiento de la sociedad, pero especialmente el de los políticos.
El papa Francisco aseguró hoy (13 de julio del 2015) que no se ofendió por el crucifijo sobre la hoz y el martillo que le regaló el presidente boliviano, Evo Morales.
El papa Francisco llegó este lunes (13 de julio del 2015) a las 13:38 locales (11:38 GMT) al aeropuerto de Roma-Ciampino, poniendo fin a una gira de ocho días que le llevó a Ecuador, Bolivia y Paraguay, donde arremetió contra las desigualdades.
Una vez que ha pasado, en parte, el fervor y la emoción que provocó la visita del papa Francisco al Ecuador, es posible realizar una primera reflexión . Una afirmación, bastante obvia por cierto, es que su carisma (en el sentido laico) conmovió a muchas personas, incluso a quienes se habían mantenido en una actitud indiferente, sea por cuestiones de carácter religioso/ideológico, por el contexto previo de movilización social y protestas o por la sensación que el régimen usaba (o quería usar) la imagen del Papa con fines políticos.
El mismo mensaje en distintas voces. Los discursos que el papa Francisco emitió durante su visita a Ecuador, entre el 5 y 8 de julio, resonaron nuevamente en algunas iglesias católicas de Guayaquil durante las misas de este domingo 12 de julio.
Apenas llegó, el papa Francisco se quedó sin solideo -gorrita o boina- por culpa del viento que sopla en Tababela. Fue su único minisusto.
La evaluación de los seis planes aplicados por el Municipio, durante la visita del papa Francisco, tuvo dos interpretaciones. Mientras las autoridades calificaron de exitoso el operativo, ciudadanos y expertos identificaron tres aspectos sensibles: movilidad, comercio y aseo.
¿Y ahora qué?, parecería ser la duda que atormenta a Ecuador. Luego de la visita de Francisco al país, y una vez terminada la "tregua" entre el gobierno y la oposición, es probable que la calle vuelva a calentarse, a pesar del mensaje del Papa de "unión y paz".
La limpieza del parque Bicentenario de Quito, luego de la misa del papa Francisco del martes 7 de julio, requirió de 60 obreros de barrido manual, carros barredoras, hidrolavadoras mecánicas, y más de dos días de labores. 75 toneladas fueron retiradas del espacio entre el martes y miércoles, cuando se limpió el 80% del espacio sobre el cual se asentaba el antiguo aeropuerto Mariscal Sucre.
El principal objetivo se cumplió: evitar que el Bicentenario, durante la misa papal, se convierta en un punto de venta informal. Así lo afirma Marco Murillo, de la Agencia Distrital de Comercio de Quito. Sin embargo, el funcionario admite que quizá “la Agencia Metropolitana de Control y la Policía Metropolitana no se dieron abasto en horas pico”.
Miles de los devotos católicos asistieron a la eucaristía en el parque Bicentenario, al norte de Quito, para escuchar a Francisco.
La mañana de este miércoles, 8 de julio, el papa Francisco llegó a la parroquia de El Quinche y antes de subirse al papamovil recibió un carta de Jesús Joaquín, un niño que padece de parálisis cerebral profunda. El Pontífice bendijo al niño y a su madre.
Ecuador, que estaba convulsionado por las protestas callejeras de la oposición, vivió un paréntesis durante los cuatro últimos días con la visita del papa Francisco, que en la primera parada de su gira sudamericana convocó a la unidad ante cientos de miles de fieles.
El papa Francisco habló sobre la visión extractivista del Gobierno, según Arturo Villavicencio. Él es un investigador medioambiental, que integró el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, cuando este obtuvo el Premio Nobel de la Paz en el 2007. En 1995 fue nominado en Dinamarca al Panel Intergubernamental de Cambio Climático, que presentó cuatro reportes con respecto a la contribución de la actividad humana al cambio climático.