La sabiduría popular dice que “no sirve de nada el palo con una mula muerta”.
El 20 de abril se conmemoró el fin de una presidencia y el inicio de otra: dejó el poder el presidente Gutiérrez y advino el vicepresidente Dr. Alfredo Palacio.
El 20 de abril del 2005 a eso de las 13:00, el entonces Primer Mandatario Lucio Gutiérrez se sentía más solo que nunca.
Han pasado 10 años de las revueltas que terminaron con el gobierno de Lucio Gutiérrez y la palabra “forajido” ha quedado en el pasado. Tras una década, los ciudadanos que participaron en la revuelta y que defendieron el ideal de “que se vayan todos” se dividen entra las sensaciones de triunfo o de traición ante las actuaciones del actual Régimen.
Paco Velasco, exdirector de Radio La Luna asegura que Quito siempre fue una ciudad de rebeliones, desde la época de colonial. Para Velasco los forajidos siguen presentes en Quito y su espíritu revolucionario no ha cambiado desde el 2005.
El lunes se cumplen 10 años del derrocamiento de Lucio Gutiérrez. Él y Alfredo Palacios hablan, en una entrevista, sobre lo sucedido con los 'forajidos' en abril del 2005. Lucio Gutiérrez
Abril del 2005: fue un creciente viento de esperanza y bronca colectiva que invadió avenidas y plazas; se metió en los hogares y en la piel de la gente arrinconando a un poder desgastado y abusivo, desalojándolo de palacio. Autoconvocatorias, pitos, movilización, bombas lacrimógenas; pero también juego, creatividad, alegría. Niños, abuelos, familias salieron a engrosar las filas de los inconformes. Los jóvenes tuvieron clases intensivas de democracia, ciudadanía y política que quedaron en su conciencia para toda su vida.
No es una historia muy lejana. Hace poco cumplió nueve años y tres meses.