Soledad, dolor, la posibilidad de acabar en la calle o de reproducir la violencia vivida en casa son algunas secuelas de los menores que quedan huérfanos como consecuencia de un feminicidio, cuya situación en Bolivia es motivo de preocupación de organizaciones que denuncian un abandono estatal a esta población.
Miembros de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) llegaron la tarde de hoy, viernes 21 de julio, hasta un inmueble ubicado en la calle Princesa Toa, en la parroquia de Conocoto, donde se encontraba el cadáver de una mujer.