Álex Polo sublimó telas cuyos motivos remiten a la selva amazónica y sus animales, una colección editorial inspirada en la cultura shuar. Milú Espinoza recreó en las telas de sus vestidos paisajes y personajes étnicos de Chimborazo, o de Otavalo (Imbabura). La colección de Macchiavellica también recurrió a estampados, pero de colores vivos y rayas verticales, que evocaban a la bandera arcoíris de los pueblos originarios de los Andes.