Dinero electrónico

La palabra suajili "pesa" significa "dinero". Así, el servicio "M-Pesa" de la operadora de celulares Safaricom de Kenia significa algo como "dinero móvil". Resulta que esta es la experiencia más exitosa de uso de dinero electrónico.

Safaricom, una empresa privada, es el operador más grande de celulares de Kenia y sus clientes pueden usar M-Pesa para transferirse dinero entre ellos. En ese país las sucursales bancarias y los cajeros automáticos son escasos y muchos habitantes carecen de cuentas bancarias, pero sí tienen teléfonos celulares. Todo eso hace atractivo un sistema de pagos que pueda movilizar dinero sin tener que pasar por una institución financiera.

El mecanismo es relativamente sencillo. Cualquier cliente puede acercarse a un local afiliaSafaricomdo a Safaricom (como tiendas, farmacias, gasolineras, etc.) y "cargar" su cuenta de M-Pesa. Luego, con instrucciones sencillas (que no requieren de un teléfono "inteligente") puede transferir esos fondos a cualquier usuario del sistema.

Para tener una idea de lo que se puede hacer, una propaganda de la empresa presenta, primero, a un campesino, más bien pobre, revisando en su celular si ya le pagaron por una cabra que vendió, luego a un oficinista pagando la pensión del colegio de sus hijos y finalmente a un constructor depositando los sueldos sus obreros. Y todos lo hacen a través de M-Pesa.

El negocio de Safaricom está en las comisiones que cobra por las transferencias, ya sea entre clientes o al momento en que alguien quiere mover su saldo electrónico hacia una cuenta bancaria regular o hacia efectivo. Evidentemente las comisiones que cobra M-Pesa justifican su servicio porque más de dos tercios de los adultos en Kenia lo usan.

Pero claro, para que un sistema así funcione necesita reglas claras. Una de ellas es la que regula lo que puede hacer Safaricom con saldo del dinero depositado por sus clientes. La norma es clara y sencilla: nada.

Hasta el último centavo de ese saldo debe estar depositado en una cuenta corriente del mayor banco privado de Kenia, el Banco Comercial de África. Safaricom no puede usar ese dinero para inversiones y siempre debe estar disponible para ser entregado a los clientes que lo soliciten.

De esa manera, los usuarios de M-Pesa tienen la tranquilidad de que su dinero está colocado en una institución de más de medio siglo de vida y que goza de la confianza del público. Así, adicionalmente, los reguladores del sector financiero en Kenia también pueden estar tranquilos, porque Safaricom no es una institución financiera y, si bien recibe fondos del público, no los presta ni los invierte, con lo que se minimiza el riesgo.

El Banco Central también está tranquilo porque tampoco hay creación de dinero ni emisión inorgánica y de esa manera se mantiene intacta la confianza en el chelín keniata.

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