Diálogo

En forma incesante se formulan, a través de la prensa, nuevas denuncias  de irregularidades en altas esferas del Régimen. ¿Eso es lo que se pretende evitar con la  truculenta Ley de Comunicación, que se tramita en la Asamblea? Lo más grave es que varias acusaciones provienen de personajes vinculados estrechamente al Gobierno. 

Políticos escépticos u opositores sostienen que las inculpaciones mutuas entre los hermanos Correa constituyen un show, un ardid para desviar la atención mientras los cuestionados contratos siguen vigentes y en ejecución, pero es difícil imaginar que, con ese propósito, se proclame que “la propia encuesta del Gobierno señala que más de la mitad de los ecuatorianos piensa que hay igual o mayor corrupción”.

Luis Maldonado Lince afirmó, en una entrevista, que “vivimos en una tiranía de la incompetencia, que rodea al Presidente, quien tiene gente muy cercana que piensa con el hígado y con los zapatos”. Agregó: “Este Gobierno, si bien acabó con la partidocracia, ha creado un partido único, que hace las leyes y pisotea la Constitución”.

La asambleísta Lourdes Tibán dijo: “Si no tuviera que pedir permiso a la Asamblea para enjuiciar al Presidente por discriminación e insulto a los indígenas y por violar  normas constitucionales e internacionales, yo lo haría. Lamentablemente, el fuero presidencial hace que se burle de todos”.

El dirigente máximo del MPD expresó que esa agrupación se siente traicionada por el Presidente, por lo que decidió su independencia frente al  Gobierno y exige  rectificaciones urgentes.

La UNE mantiene desde hace tres semanas un paro en protesta por las reformas a la Ley de Educación y por las recientes evaluaciones  y, aunque el Gobierno considera que  es un fracaso, tiene “caotizadas” las actividades en  planteles, especialmente de Guayaquil y Quito.

Organizaciones indígenas decidieron un levantamiento  en rechazo al  proyecto de Ley de Aguas; se tornó violento en Macas  y el saldo es de un muerto y decenas de heridos, en enfrentamiento con la Policía, que intervino sin armas de fuego.

Estas y otras demostraciones de descontento han deteriorado sustancialmente la popularidad y credibilidad del Presidente -coinciden las encuestas-  y constituyen un llamado para que  amaine su estilo presuntuoso y el torrente sabatino de agravios, frene la costosa avalancha publicitaria, dialogue con los diversos sectores del quehacer nacional y que, bajo  la premisa de que es Presidente de todos los ecuatorianos y no sólo del entorno de aduladores que tanto daño hacen a él y a la Patria, escuche a quienes discrepan positivamente de su ideología y de su conducción del país.

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