Almas que transmiten el eco de la moral y ética, salvaguardadas por la armadura jurídica logramos atisbar a ciertos profesionales. Ellos son los abogados y las abogadas que celebran su día cada 20 de febrero, instituido por la Academia de Abogados de Quito en la misma ciudad. Una amistad infinita por las leyes pero sobre todo un abogado/a es sinónimo de amor por la justicia plasmado en cada candelabro de la vida.