En Santa Cruz, que tiene 25 000 habitantes, se consume 6 000 cilindros de gas de uso doméstico y 2 000 de uso industrial en 15 días. Ahora, recibe casi el 25%.
Las distribuidoras de gas doméstico del sur de Quito no han podido abastecerse de acuerdo al esquema de turnos
En los locales de distribución de gas de la capital azuaya se registra una aglomeración inusitada de personas. Su objetivo es aprovisionarse de cilindros, por el temor debido a la emergencia sanitaria que busca frenar el avance del covid-19.
Más de 3 000 personas llegaron la mañana de este sábado 12 de octubre del 2019 al centro de acopio de Duragas, ubicado al norte de Cuenca. Lo hicieron con el propósito de abastecerse de gas de uno doméstico que empezó a hacer falta debido al cierre de vías en puestos estratégicos del Azuay.
17 camiones estacionados sobre la avenida Diego Vásquez de Cepeda esperaban la mañana de este martes 12 de mayo del 2015 en los exteriores del Centro de Acopio de Gas de Carcelén, en el norte de Quito.
La mañana de hoy jueves 7 de mayo del 2015, funcionarios de la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero (ARCH) se reunieron con cerca de 150 distribuidores de Gas Licuado de Petróleo (GLP) de Quito, para hablar sobre los cupos asignados a la ciudad entre otros temas.
Tres plataformas de venta directa de gas se instalarán hoy en Quito para paliar la escasez, confirmó el director de Comercialización de la Agencia de Control de Hidrocarburos, (ARCH), Ricardo Lomas.
No importa la edad, el estrato social o las condiciones climáticas. Niños, adolescentes, mujeres con sus hijos en brazos, de traje o de jean. Más de 150 personas hacían cola hacia las 14:00 de ayer frente a la Tribuna del Sur para conseguir un cilindro de gas.
La venta directa de gas se extiende a cinco puntos de Quito a partir de hoy: las tribunas De los Shyris y Del Sur, el mercado de la Ofelia; el iglesia de Calderón y el antiguo peaje en Guamaní.
Más de 300 personas hacen fila en la Tribuna del Sur a la espera de recibir un cilindro de gas doméstico.
Menos de cinco meses tuvieron que pasar para que Quito vuelva a sufrir una distribución irregular de gas doméstico en sus calles.