Una bola de cristal irradia colores sobre decenas de cabezas en la pista de Verboten, uno de las discotecas del momento de Williamsburg, en Brooklyn. Desde la altura, DJ Golden Pony impone su ritmo, y el público responde. Todos bailan. La música electrónica crea clima de ‘rave’, pero lo que sucede está lejos de ser eso: es miércoles, apenas han pasado unos minutos de las 07:00, no hay alcohol ni drogas y en un par de horas todos -o, al menos, la mayoría- irán a trabajar.