Su misión es seguir una línea marcada de color negro en una superficie blanca. Funciona de forma autónoma ya que no es guiado por ningún dispositivo móvil o una computadora. Se trata de un robot seguidor de línea que fue desarrollado por Byron Valverde y Paul Ordóñez, miembros del club de robótica del Instituto Tecnológico Superior Sucre de Quito.