La inseguridad tiene en zozobra a los moradores de Chillogallo, una parroquia de clase obrera ubicada en el sur de Quito.
Un estruendo despertó a las 48 familias que habitan en los condominios Miraloma localizados en norte de la ciudad de Ambato, en la provincia de Tungurahua este jueves 26 de noviembre del 2020. Al menos 50 de los 80 metros de un muro de contención se desplomó sobre ocho departamentos; provocando daños materiales de consideración.
Una cámara de seguridad registró el robo de tres vehículos que fueron sacados del estacionamiento de un conjunto residencial de condominios en el sur de Quito. En las imágenes se observa que los sospechosos forzaron las puertas del estacionamiento.
La coexistencia entre condominios es difícil y, a pesar de ser normada, da lugar a un sinfín de contratiempos y desacuerdos. Un estudio realizado por la Fundación Bien-Estar, de la Mutualista Pichincha, determinó que los problemas son el no pago de las expensas mensuales, el mal uso de las áreas comunales, la inadecuada tenencia de mascotas...
Tener un animal de compañía puede generar un gran problema en el momento de arrendar una vivienda en Quito. En el sector inmobiliario de la capital es difícil encontrar un apartamento que permita la convivencia con mascotas. De ello dan testimonio personas como Juan Sebastián Arias y corredores de bienes raíces consultados por este Diario.
La limpieza, el consumo de gas centralizado, el mantenimiento del ascensor y la guardianía. Esos son los rubros incluidos en buena parte de las alícuotas que pagan los dueños de unidades de vivienda en Quito.
Vivir en edificios, condominios o urbanizaciones obliga a que personas y familias se vean casi a diario. Pero eso no significa que sea una relación armoniosa, libre de conflictos y marcada por reglas claras.