Después de 18 días en cuidados intensivos en Los Ángeles, los médicos que trataban al actor canadiense Nick Cordero, gravemente enfermo con el nuevo coronavirus, le amputaron la pierna derecha porque un coágulo permanente bloqueó la circulación de la sangre.
Ser mayor de edad, mostrar signos de sepsis y tener problemas de coagulación de la sangre son los factores que más elevan el riesgo de muerte en las personas que ingresan en un hospital infectadas por el coronavirus Covid-19.
Cuando el mexicano Enrique Preza nació sus padres ya sabían que podría padecer hemofilia porque su abuelo tenía esta enfermedad que provoca que los pacientes no coagulen correctamente y experimenten sangrados, muchas veces incontrolables.
Los funcionarios de salud de Estados Unidos están evaluando la colocación de etiquetas más estrictas en la generación más nueva de píldoras anticonceptivas, ya que algunos datos muestran podrían elevar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Personal de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés) revisó estudios que comparaban una generación más antigua de fármacos de control de natalidad con píldoras más nuevas que contienen el compuesto drospirenona, como las populares Yaz y Yasmin de Bayer AG. En un informe publicado esta semana, los revisores indicaron que la evidencia muestra información contradictoria sobre la relación de las píldoras con drospirenona y los coágulos sanguíneos, aunque el vínculo tampoco podría descartarse, y eso implicaría la necesidad de una nueva etiqueta. "Debido a la consistencia en reportes recientes sobre un aumento del riesgo, la etiqueta del producto debería reflejar esa posibilidad muy real", indica