Nacimiento, muerte, resurrección. Estos tres elementos atraviesan por completo a la Sinfonía Heroica, tercera de Beethoven, que fue "compuesta -como escribió el compositor en la página de la partitura- para celebrar el recuerdo de un gran hombre". La Marcha Fúnebre (segundo movimiento) de esta obra, inspirada en los figura de Napoleón Bonaparte, será interpretada el lunes 27 en el Teatro La Scala de Milán, como un homenaje a Claudio Abbado; ese día se cumplirá una semana de su fallecimiento.
Cuando aún no se usaba definir a las personalidades políticas o artísticas por su "bajo" o "alto" perfil, el director de orquesta Claudio Abbado ya era toda una definición. Siempre evitó, a diferencia de Von Karajan, a quien sucedió a partir de 1989 en la dirección de la Orquesta Filarmónica de Berlín, cualquier tipo de divismos, sea en el arte de la batuta como en lo referente a su vida personal. Es cierto que no pudo evitar que circularan ciertos rumores vinculados con alguna famosa cantante. Pero nada de esto opacó la vida de uno de los más grandes músicos de todos los tiempos, quien ayer, 14 de enero de 2014, murió "serenamente en su apartamento de Bolonia", como se anunció en un comunicado de prensa.