Sobre el CIDH

En la última reunión en Guayaquil del CIDH, el Presidente hizo la intentona de que se reduzca su autonomía, lo que le quitaría la posibilidad de operar independientemente; situación que de ninguna manera favorecerá a la democracia ni a la libertad, sino todo lo contrario. En este sentido, recordemos que en los derechos humanos se hallan condensadas las principales exigencias jurídicas y morales de la persona. Estamos viendo ahora cómo a los derechos se los está intentando convertir en simples e intrascendentes declaratorias de buena voluntad, en tanto que en la realidad existen graves problemas en este aspecto. El Presidente está en la obligación de acatar fielmente los derechos ciudadanos, lo que le permitiría responder a las exigencias de la dignidad humana. El derecho a madurar nuestra propia libertad a través de la búsqueda incansable de la verdad, es a lo que debería propender en todo momento el Presidente. Irrespetar los derechos humanos sería atentar abiertamente contra la verdad, y, por lo mismo, contra la libertad.

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