La Central, Las Casas, el Seseribó. El arte, el taller, la farra. Tres lugares son piezas de un rompecabezas que permitió por más de una década unir lazos entre Chile y Ecuador a través de una mujer cuyo encanto llenó de esperanza a varios iniciados en el arte. Su nombre: Carmen Silva (Santiago de Chile, 1929-2008), la amiga, la maestra, la bailarina. En estos días, hasta el 27 de noviembre, más de 30 cuadros de su colección familiar se encuentran en exposición en la sala V, del Centro Cultural Metropolitano.
Bajo el nombre de ‘Carmen Silva retorna al Ecuador’ se reúnen las pinturas de la artista chilena, que entre 1973 y 1986 se radicó en Quito, siendo parte de la historia pictórica del país.