El rostro enjuto, el cabello cano revuelto, una media sonrisa y los ojos vivaces, así presenta un breve retrato al lingüista y lexicógrafo Carlos Joaquín Córdova; pero lo mejor escapa de la fotografía, su palabra ágil y su mente lúcida, lo mejor escapa de la fotografía porque el genio no puede ilustrarse sino con el trabajo asiduo del estudioso y la erudición del académico.