Siete bonsáis fueron robados del patio de una pareja japonesa que se dedica al cultivo de estos árboles enanos. Seiji Limura y su esposa Fuyumi publicaron en redes sociales el incidente en enero del 2019, con la intención de conmover a quienes robaron los bonsáis, la petición de que rieguen a sus ‘hijos’.
Japón empieza a preocuparse por unos recientes robos tan misteriosos como caprichosos: ejemplares de bonsáis que, se sospecha, pueden ir destinados al mercado negro.
El primer sábado de la exposición temporal de bonsáis del Jardín de Quito convocó a decenas de personas que querían conocer más sobre la creación y cuidados de estos árboles en miniatura.