Dawrin Pech Puch, un biólogo marino, ha descubierto que moléculas de esponjas marinas son potenciales fármacos para combatir enfermedades como el alzheimer y el covid-19.
El biólogo ecuatoriano ha participado en la descripción de 60 especies. A inicios de mes presentó una nueva serpiente de la Costa.
Las experiencias que vivió este biólogo durante el viaje están recopiladas en un libro, que saldrá a la venta el 23 de noviembre de 2021
Un ruido ronco despierta a los visitantes de la casa flotante, base y residencia de los científicos del Instituto Mamirauá y de WWF-Brasil (Fondo Mundial para la Naturaleza. La vivienda se sitúa en la Reserva de Desarrollo Sostenible Mamirauá, sobre el río Jarauá, a 500 km de Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas.
Cuando se trata de descubrir nuevas especies, existen ocasiones en las que las exploraciones en campo abierto dan excelentes resultados. Así piensa Jorge Brito, investigador y herpetólogo del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio). Sin embargo, en el caso de la más reciente especie de serpiente descubierta en el Ecuador, la realidad fue completamente distinta.
El rostro sonriente de Edison Geovanny Valencia Bravo, adherido a sus camisetas, contrastó en la incertidumbre y el dolor de familiares y amigos. El biólogo de 27 años salió el 20 de enero del puerto de Manta (Manabí), en una embarcación atunera a la que subió como inspector de pesca. El 6 de marzo su padre recibió una llamada a las 18:00; había desaparecido.
Hasta el momento la historia de esta clase de crustáceos era casi una leyenda. Decían que eran unos cangrejos enormes, carnívoros y que podían devorar animales. Ahora un video grabado por biólogo confirma estas historias que hasta entonces parecían del género de lo fantástico.
En los Andes del Ecuador queda menos del 20% de los bosques secos. El avance de la frontera agrícola y ganadera amenaza con la desaparición de este ecosistema y, paralelamente, la vida que alberga.
Biólogos panameños y extranjeros identificaron a tres nuevas especies de lagartijas distribuidas en el territorio de Panamá, confirmó hoy 25 de agosto Abdiel Batista, líder del proyecto de investigación científica.
San Lorenzo es un enclave marino ubicado en el suroeste de Manta, Manabí. Este sector cada año se convierte en el punto de arribo de decenas de tortugas marinas que llegan a depositar su huevos. En los 2,5 kilómetros de longitud de la playa de San Lorenzo, los investigadores ejecutan un plan de protección de las tortugas marinas y lo hacen desde hace dos años.