El francotirador de la Marina estadounidense Robert O'Neill, que afirma haber disparado mortalmente a Bin Laden en su refugio de Abbotabad (Pakistán), no le da más importancia a este episodio, ya que sostiene que no duda de que acabó con una “amenaza para su equipo”.
La CIA divulgó este 1 de noviembre del 2017 cientos de miles de documentos obtenidos el 1 de mayo de 2011 durante la operación de captura del entonces líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en la que un equipo de las Fuerzas Especiales estadounidenses acabó abatiendo al terrorista en el complejo paquistaní de Abbottabad.
Los restos de Osama bin Laden, muerto por un comando estadounidense el 2 de mayo pasado, fueron trasladados al Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Bethesda, en Maryland, y no arrojados al mar, publicó Wikileaks. Esa teoría se desprende de las últimas publicaciones de Wikileaks, que tuvo acceso a correos electrónicos de la agencia privada de inteligencia Stratfor. Al parecer, Fred Burton, el vicepresidente de Stratfor, pocos días después de la muerte de bin Laden, envió correos afirmando el traslado de los restos a Maryland.
Con medallas colgando del cuello, uniformes rutilantes y 'souvenirs' de combate, los falsos ex combatientes son legión en Estados Unidos, especialmente aquellos que afirman haber sido miembro de los Seals, los 'héroes' que eliminaron a Osama Bin Laden. Tal es el caso de Jim Moats, el último de los impostores que ha hecho reír a la prensa con su engaño. Desde hace cinco años, este pastor de Pensilvania afirmaba a su congregación haber sido miembro del comando ultrasecreto de la Marina estadounidense. El periódico local “The Patriot-News” desenmascaró el lunes a este impostor, a quien se le había hecho una entrevista como supuesto héroe de la guerra de Vietnam como combatiente de esta unidad de élite. Los Seals -un acrónimo de Sea, Air, Land (mar, aire, tierra) que al mismo tiempo significa foca- son una fuerza especial tan secreta que los militares no reconocen abiertamente su existencia. La integran unos 2 300 efectivos seleccionados tras un entrenamiento de los más exigentes del mundo
Más de 800 reclutas celebraron con un desfile el fin de su formación militar en Charsadda, en el noroeste paquistaní. Los jóvenes esperaban las cortas vacaciones que estaban a punto de emprender antes de prestar servicio en la unidad paramilitar Frontier Constabulary. Pero docenas de ellos no volverán nunca a sus casas. Murieron en un doble ataque con el que los talibanes pretenden vengar la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. Según los testigos y la policía, el ataque a los reclutas estaba especialmente calculado. Los autobuses en los que los jóvenes iban a viajar se encontraban fuera del recinto. Y justo cuando estaban cargando sus equipajes una moto pasó junto a ellos. Uno de los atacantes se bajó, se escondió y esperó. El segundo se hizo volar por los aires ante los autobuses. "Yo estaba algo lejos cuando explotó la primera bomba", relató un testigo al canal de televisión Duniya. "Un par de minutos más tarde, cuando los paramilitares y habitantes de las casas vecinas se