Décadas después, Hakam Ibrahim todavía recuerda el “dolor insoportable” que sintió cuando, siendo niña, sufrió la escisión, una práctica ancestral muy generalizada en Sudán, que dentro de poco será castigada por la ley.
Un pequeño balón se infla al llegar a una vena pulmonar. Fue introducido en el corazón por un diminuto catéter y sus bordes alcanzaron -50°C. Esa acción aisló automáticamente la falla eléctrica que causaba latidos acelerados.
La pequeña Salsa Djafar lleva una corona de oro y un vestido violeta para una fiesta familiar particular: la celebración de su ablación genital en una región aislada de Indonesia. Pero para esta niña de año y medio, como para muchas otras, es una pesadilla.
En Alemania residen unas 47 300 mujeres que han sido víctimas de mutilación genital, reveló un estudio publicado el 6 de febrero de 2017 por el Ministerio de Familia alemán, que da cuenta de lo extendida que está la práctica en el país.
Su madre la hizo partir de Costa de Marfil para que no sufriera la ablación. Con solo cuatro años, Oumoh llegó sola a Italia en una embarcación de migrantes. Ahora gracias a una extraordinaria coincidencia, ambas volverán a reunirse.
El llamado de un clérigo musulmán del Cáucaso ruso a someter a todas las mujeres a la ablación del clítoris provocó el jueves 18 de agosto de 2016 indignación en Rusia y abrió un debate sobre la sexualidad femenina.
El 92 por ciento de las mujeres casadas egipcias de entre 15 y 49 años ha sido víctima de la ablación, según la Encuesta Demográfica y de Salud de Egipto, publicada hoy.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban – Ki-moon exhortó a los medios de de comunicación a que “alcen su voz” para terminar “en esta generación” con la mutilación genital femenina, denominada ablación.