Con el sobrio discurso del presidente Juan Manuel Santos y el vehemente de ‘Timochenko’, jefe de las FARC (cuestión de estilos e investiduras), se ha puesto en marcha el proceso de entendimiento en busca del fin del conflicto armado. Ciertamente, no se podía ni se debía desaprovechar la oportunidad de franquearle el camino a la paz, democrática, justa y duradera, después de tantos años de sangrienta confrontación bélica.