La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, aseguró que con la decisión del rey Juan Carlos de retirarse de sus funciones "se aleja un amigo de América Latina”, en una nota divulgada el lunes 2 de junio por la Presidencia.
No se trata de marginar el triunfo de Sergio Massa y los opositores argentinos en la Capital Federal y provincias emblemáticas del país. Todo lo contrario; hay que reconocer que, a pesar de la fragmentación similar a la de Ecuador, lograron derrotar a los rescoldos de un imperio de 10 años. El caso es que en la matriz del triunfo, como puede suceder en otros países se produjo la ecuación o suma de una movilización popular con índices económicos cercanos a la desesperación.
Con los resultados de los comicios del domingo, al gobierno de la presidenta Cristina Fernández tiene los días contados. Quedan atrás los sueños de retener el poder por medio de una reforma constitucional que le permitiría su reelección inmediata. Al parecer no habrán los votos suficientes, una vez que el candidato ganador Sergio Massa, antiguo colaborador del kirchnerismo, ante los requerimientos de la prensa se expresó en contra de los afanes reeleccionistas que asomaban desde las filas del oficialismo.
Buenos Aires. El lunes 18 el gobierno de Cristina Fernández redobló lo que los argentinos llaman cepo cambiario. Endureció su equivalente al impuesto a la salida de divisas: sube del 15% al 20% el recargo al consumo en el exterior por tarjetas de crédito y extiende el recargo a las compras de pasajes y paquetes turísticos al extranjero.
Cuando Cristina Fernández, la presidenta argentina sucesora del peronismo y del poder se posesionó de su cargo, tuvo el cuidado de no jurar por la Constitución, ni por la patria, ni por otro lugar común de los habituales en nuestras democracias de oropel. No. Ella juró por Él, por su amado Néstor Kirchner, por el caudillo ausente, por la memoria de un muerto. Juró como heredera, no como Presidenta electa por la voluntad del pueblo.
Cristina Fernández, fresca de su reelección, impone restricciones al dólar. El que quiere comprar dólares lo puede hacer. Pero el banco se lo comunica a la AFIP, el SRI argentino. El que compra tiene que justificar ingresos ante la autoridad tributaria, quien lo audita, y puede negar la venta de divisas.
La reelección de Cristina Kirchner es un episodio más de la “política sentimental” que ha sido la marca de la democracia y del populismo latinoamericanos. No está muy claro si los argentinos votaron por la esposa, en cuanto sujeto electoral, o si lo hicieron por el último caudillo peronista, por su memoria y su discurso. No sé si la fuerza de los votos proviene solamente de las condiciones del gobierno, de las capacidades de la presidenta, o si viene de la nostalgia. No se, incluso, si Cristina es ella, o si es un argumento para “reelegir” a Evita. No se cuál habría sido la suerte del mismo Néstor Kirchner, si no hubiese crecido al amparo del recuerdo y de la imagen de Juan Domingo Perón.
Los resultados electorales en Argentina dan cuenta de un triunfo contundente e histórico de Cristina Fernández de Kirchner para su segundo mandato presidencial, que además es el tercero en seguidilla del período kirchnerista cuya primera etapa estuvo a cargo de su esposo. Su fallecimiento, el año pasado, se cuenta entre las razones que despertaron una ola de apoyo popular a la actual Presidenta.