Río de Janeiro ha sido el centro de atención gracias a los Juegos Olímpicos 2016. Y un complemento para las competencias ha sido la cocina local, cuyas influencias nacen de sus pobladores portugueses, africanos y nativos americanos.
El tapeo o ‘boteco’ brasileño es una de las comidas más populares en las calles de Río. En realidad son espacios para disfrutar del piqueo y cervezas locales. Allí se pueden degustar platos como las bolas de bacalao (un estilo de albóndigas de bacalao frito) o los famosos panes de queso (la versión brasileña del pan de yuca ecuatoriano y con mucho queso). Allí se consumen recetas nativas en snacks para disfrutar desde la mañana hasta la tarde.
También está la alta cocina que ha tenido renombre dentro y fuera del país. Restaurantes en Río como Roberta Sudbrack , que lleva el nombre de la chef propietaria, logró el puesto 14 en el listado de los ‘50 mejores de Latinoamérica’. Su local dio a conocer las técnicas naturales y cocción a fuego que se usa tradicionalmente en el país. Esto presentó en su restaurante, el cual está inspirado en las barras de Río de Janeiro con una visión moderna de la cocina de Brasil.
La comida tradicional brasileña se ha dado a conocer en el Ecuador con recetas como la feijoada, que se puede degustar en varios restaurantes en Quito como Rodizzio Botafogo o Ipanema Café Bistro. Pero, además de este delicioso plato, también se degustan varias preparaciones que no pueden faltar en la mesa de los brasileños, especialmente de los cariocas: la farofa, la picadinha, el suflé de chuchu o el postre mousse de queso fresco.
Así lo considera Edna Céres De Campos Texeira, esposa del embajador de Brasil en Ecuador. Carioca de nacimiento, Céres explica que la comida de Río se caracteriza por sus recetas variadas, sencillas y de fácil ejecución. Incluyen vegetales, granos y embutidos, lo que muestra la fusión de comida proveniente de todo Brasil.
La farofa es uno de los acompañantes que se consume a lo largo y ancho de todo esa nación. El chef Daniel Pillón Olveira cuenta que el ingrediente principal es la harina de yuca. Para realizarla, se debe rallar, prensar y sacar el almidón de la yuca, deshidratar en hornos de barro o al sol para luego moler y obtener los granos de harina. Olveira explica que se puede mezclar la harina con distintos ingredientes para la farofa: tocino o plátano maduro.
En Río no se sirve un único plato a la mesa, sino una amalgama de sabores que se comparten entre todos los presentes. En SABORES abordamos algunas de estas recetas que se pueden elaborar en casa para celebrar el fin de los Juegos Olímpicos. Preparaciones rápidas con las que en menos de dos horas se puede elaborar un banquete completo y disfrutar de los gustos brasileños desde la comodidad del hogar.
Suflé de chuchu
El chuchu es una fruta muy popular en la cocina brasileña. Tiene un aspecto similar al del aguacate pero su tonalidad es más clara. Al abrir la fruta tiene una consistencia suave con abundante líquido. Al degustarla no tiene un sabor pronunciado.
Por ello, cuando se la trabaja en recetas, el chuchu debe estar acompañado de condimentos fuertes. En suflé sirve como acompañante de cualquier comida, se mezcla tanto con el arroz como con las carnes y deja un retrogusto delicado en el paladar.
Pan de queso
El queso parmesano rallado es la clave de esta preparación. Pero será el almidón de yuca el que da la consistencia al pan. Esta preparación se parece al pan de yuca ecuatoriano, pero la cantidad de queso aumenta. En Ecuador Edna Céres de Campos Texeira combina queso parmesano con queso mozarela rallado para darle el mismo sabor que en Brasil.
Farofa
La harina de yuca amarilla dará sabor y consistencia al plato. El sofrito permite que los embutidos boten sus propios jugos. Al añadir la harina, la composición se suavizará y el fuego entregará poco a poco la crocancia necesaria a la mezcla. En la mesa, la farofa acompaña tanto piqueos como platos fuertes. En cierto sentido, tiene similitud con la sal prieta manaba, tanto por su uso como por su cocción de harinas al fuego.
Picadinha de carne
Las carnes brasileñas son famosas por cortes únicos como la picaña. Pero para la picadinha se requiere de carne suaves y delicadas como el lomo fino. Un refrito base con tocino harán que se requiera de pocos condimentos. Por eso uno de los ingredientes principales de esta preparación es la cerveza negra brasileña, que a diferencia de las ecuatorianas tiene un tinte dulce que se rehoga en la carne.
Mousse de queso fresco
El nombre original del postre es Romeo y Julieta. La perfecta combinación de queso con un almíbar de guayaba conocido como guayabada hacen que este plato sea necesario en la mesa. El contraste de sabores salados por el queso y dulces por el almíbar pasarían por un ‘matrimonio’ inadecuado, pero simplemente se complementan dejando al paladar de los comensales con ganas de más. De esta idea parte el nombre que hace honor a una de las obras de Shakespeare.