Ángel Valdivieso, chef ejecutivo del Hotel Mercure, presentará un bufé quiteño hasta el domingo 6 de diciembre con platos emblemáticos de Quito. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Festivales de comida, bufé y cerveza artesanal, así se festeja a Quito desde el ámbito culinario en el 2015. Si bien antes se mantenía la opción del menú español cada vez son más las opciones de comida tradicional quiteña.
Desde los hoteles, el menú festivo permite al público consumir platillos de alta cocina con el sabor de tradición en formato bufé. Las sopas se han convertido en una de las primeras elecciones tanto por los comensales como por los chefs que los añaden en sus cartas. El típico locro quiteño, el caldo de patas o el locro con cuero se vuelven referentes al momento de hablar de cocina quiteña. El restaurante Achiote, por ejemplo, festeja el festival del locro hasta el 6 de diciembre.
Para platos fuertes el quiteño ahora puede encontrarse con las cocinas que se han afinado en los valles, con el hornado como plato principal. También con comida de la Costa, como los cebiches que han tenido su adaptación quiteña por el uso de salsa de tomate y jugo de naranja.
Este año se tiene la opción de barra libre de canelazo como se ofrece en el restaurante de Galería Ecuador. El espacio apuesta además por preparaciones de canelazo en estilo coctel con jugos frutales o con la opción de licor elaborado en botellas artesanales.
Pero los platillos dulces no se quedan atrás puesto que lugares como el Hotel Mercure han enfocado su menú también al rescate de postres de tradición. Las moncaibas, la espumilla y el dulce de tomate de árbol son una muestra de que la celebración a Quito ha dado un giro importante en la revalorización de sus platos.
Este hecho también se visibiliza en los festivales de comida popular que se realizan, entre ellos el Festival de Huecas Quiteñas. Donde se escogieron 20 locales de comida que han pasado por los gustos de varias generaciones para que -en un solo lugar- se pueda degustar de la comida que da sabor a las calles de Quito. Los cebiches del Mercado Central, el cocinado chacarero, el morocho y las empanadas, las menestras, el caldo de gallina, el cuy o el ponche, entre otros, son los platillos que se aplican para los festejos por los 481 años de fundación de la capital.
Para Julio Pazos, escritor e investigador de la cocina ecuatoriana, la atracción de las huecas -además del sabor- está en la influencia del ambiente y por tanto en eventos que sacan de su contexto a las cocinas: “No es la atracción misma del plato, sino la del lugar donde (normalmente) se ofrece”. Sin embargo, en el 2015 dos festivales de huecas han mostrado el interés del público por descubrir y reconocer estos espacios como tradición local.
El guiso es espero y se elaboraba desde épocas prehipánicas. Foto: Archivo / EL COMERCIO
La cerveza artesanal retomó fuerza en estos festejos. Se cree que esta bebida se elaboraba en la capital desde el siglo XVI. Ahora que vive su ‘boom’ se ha mostrado como un elemento clave para las celebraciones. Desde encuentros como el Festival Gastronómico Cervecero donde se ofertarán 36 tipos de cerveza hasta fiestas organizadas por las propias marcas artesanales como el Páramo Fest.
Este toque extranjero no falta en la cocina. Las influencias permean el día a día de los quiteños permitiendo que se mantengan lugares que aportan con un menú español para honrar la vertiente hispana de Quito. El restaurante Cats acompaña su fiesta flamenca con chistorras y setas al ajillo. Pero los quiteños se abren a su propia cocina disfrutando de ella ya no solo puertas adentro.
La variedad de producción de cervezas artesanales permite la incorporación de frutas. Foto: Archivo / EL COMERCIO