En el 2002 nació Alimentarte como un festival que buscaba recaudar fondos para las familias de los policías afectados por el conflicto armado. 15 años después, esta cita colombiana se ha posicionado como una de la ferias culinarias más importantes de Bogotá.
Cada edición recibe un público de más de 200 000 personas en cinco días de feria. La clausura de este año se realizó el domingo 27 de agosto en el Parque El Virrey.
Cristina Botero, directora de Corazón Verde, señala que estos 15 años de feria han sido un reflejo del crecimiento de la gastronomía colombiana. “Genera identidad y visibilidad”, dice Botero, resaltando que ha habido un desarrollo con cocineros jóvenes que ahora impulsan la cocina local. “Cuando empezamos no había ni 40 restaurantes, nuestra gastronomía era incipiente”. Hoy cuentan con más de 130 locales en la feria.
La variedad y el sabor son dos ejes de la feria. Durante dos fines de semana de la cita rotan un 60% de los locales. El primero, que se desarrolló del 18 al 20 de agosto, tuvo a la cocina francesa como invitada; el segundo invitó a la cocina cundiboyacense que une los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, en la cordillera este de Colombia.
De la región colombiana se destacan preparaciones como las arepas de Boyacá, que se elaboran con maíz amarillo y cuajada (un plato de masa suave con una tonalidad dulce y salada). También está el cocido, una receta de tubérculos, carne y guiso.
Alimentarte junta tanto a huecas como a restaurantes gourmet, como el de Harry Sasson, reconocido entre los 50 mejores restaurantes del mundo. El chef estuvo presente en la feria y comentó que, para él, este se ha convertido en un espacio para comer y compartir en familia. “Cada año hay tendencias, pero también hay platos que no se pueden quitar”, dice Sasson, quien para la cita elaboró un pernil.
Alimentarte es una vitrina para los restaurantes que están creciendo, como es el caso de 60 nativas. Óscar González, chef propietario, inició una investigación sobre la producción de papas; vio que la Región Andina tenía cientos de variedades y que muchas se estaban perdiendo. Así, decidió iniciar su menú enfocándose en 60 variedades con las que prepara un estilo de comida rápida ‘de primera’ y tradicional.
Para Botero, “la feria es un resumen de Bogotá en temas gastronómicos”. Por eso la comida internacional está presente con cocina peruana, francesa y española, incluso un poco de la ecuatoriana con helados de paila.
Durante estos 15 años la feria ha recaudado más de USD 4 millones, con lo que se ha construido 350 viviendas, se ha dado apoyo psicológico o talleres de duelo y educación a 7 000 niños.