Los productos de Api Real incluyen mieles de eucalipto, aguacate, nabo que se producen en varias provincias del país. Foto: Cortesía
Api Real se coronó como el producto de innovación en Latitud Cero 2015. Su Ruta de la Miel pone al Ecuador como un espacio que aprovecha la flora para entregar productos con carácter propio. Sus creadores, Mayra Quishpe y René Gutiérrez, trabajaban como apicultores y vieron el potencial de este tipo de miel.
Para Gutiérrez el aporte no está solo en el producto sino en el trabajo junto a los floricultores o agricultores. Recuerda que una de las primeras haciendas a las que llegaron -para colocar las colmenas en la Costa- se dedicaba a la producción de mandarinas. El agricultor estaba receloso, dice Gutiérrez, de dar paso a las abejas. Sin embargo, el proceso de polinización de las abejas en las 120 hectáreas de producción que tenía logró en ese año una de sus más grandes cosechas.
Con experiencias como estas fueron regando su conocimiento para poder adaptar las abejas a distintos lugares. En Guayllabamba, por ejemplo, encontraron que se puede producir distintos tipos de miel a pesar de dejar los enjambres en lugares con las mismas condiciones. Así fueron reuniendo seis tipos de miel que ahora venden en esta llamada Ruta de la Miel.
La Miel de Eucalipto se produce en los valles de Quito, como el Tingo; la Miel de Aguacate tiene un color oscuro, llegando al negro y la producen en Guayllabamba; la Miel Ñachag se produce en Calacalí y tiene un sabor floral por la especie endémica de la serranía; la Miel de Nabo es de tonalidad blanca y se produce en la provincia de Bolívar; la Miel Tropical es cítrica y transparente, se da gracias a los enjambres de Guayas; por último, la Miel Multifloral se elabora con los enjambre de los páramos de la serranía.
La empresa recibió un reconocimiento durante el festival Latitud Cero. Foto: Cortesía
Para Gutiérrez este mapa es un acercamiento que permite aprovechar el producto en el país. “Nos dimos cuenta que Ecuador es un punto geográfico con estaciones, climas y floraciones que todavía no hemos explotado”. En esto coincide Quishpe para quien esta pequeña muestra da cuenta de la variedad de sabores que es posible crear en las distintas regiones del país.
El Ecuador, dice, “nos lleva a ofertar mieles que difieren por colores, texturas y sabores”, por el acercamiento de las abejas a las distintas flores que las rodean. Este producto ha sido clave para ella puesto que es un aliciente para fortalecer la apicultura, actividad de la que depende la polinización de las flores y frutas.
Esta pareja de esposos lleva 10 años en contacto con las abejas y en este proceso de investigación y producción han logrado solidificar la miel como un producto del que incluso obtienen derivados como jabo nes, cremas y bálsamos. Gutiérrez indica que el premio otorgado por Latitud Cero es un instrumento para continuar su trabajo con responsabilidad. “Significa más compromiso, todavía no hemos hecho ni la mitad de lo que se puede hacer”, cuenta. Este proceso permite incluso crear plazas de trabajo en apoyo conjunto con agricultores.
Para ambos productores es importante promover la apicultura y el cuidado dedicado hacia las abejas, seres “consentidos” –como las describe Gutiérrez- con la bondad de polinizar a 6 hectáreas a su alrededor. El almíbar que se consigue con el delicado proceso de selección para el posicionamiento de los enjambres permite a Api Real entregar innovación. Todo este trabajo Quishpe lo resume en una frase: “No solo entregamos miel, recolectamos néctares de las distintas regiones del país”.