La Prefectura y dos centros universitarios cuentan con unidades que ofrecen apoyo a los estudiantes
La materia prima que se produce en los 10 cantones de Chimborazo la utilizan los jóvenes emprendedores de la provincia. Los
productos innovadores relacionados con la tecnología, agroindustria, textiles, gastronómicos y de otras ramas
se producen en los pequeños talleres, laboratorios y aulas de la Universidad Nacional de Chimborazo (Unach)
y de la Escuela Politécnica Nacional de Chimborazo (Espoch).
Desde mayo del año pasado, la unidad de agroemprendimiento de la Unach es la encargada de asesorar en aspectos técnicos,
sanitarios, manejo de marca, marketing, servicios y difusión. Los 27 emprendimientos creados por jóvenes
de la provincia se enfocan en aderezos para comidas, carteras de yute, yogur fortificado con quinua, helados
para perros y otros.
Entre estos se encuentra la confitería FELA. Los esposos Alejandra Fraga y Rafael Ortega comenzaron a elaborar caramelos,
chocolates y bombones con cereales de amaranto y quinua rellenos con plantas medicinales de hierba luisa,
matico y otras plantas medicinales, desde el 2015. Los productos son elaborados en un pequeño taller en la
parroquia Cubijíes.
Fraga explica que el proyecto inició por una necesidad económica en aquella época y el nacimiento de su hija Rafaela. El
nombre de la pequeña inspiró a los progenitores para comenzar, con dos moldes, la elaboración de los chocolates.
Las ganancias de venta del producto y el aporte económico del esposo permitieron a la pareja adquirir menaje
de cocina para el emprendimiento. Al momento elaboran 1 000 bombones que son entregados bajo pedido en Baños,
Cuenca y Riobamba.
La confitería FELA fue parte del Mundial del Azúcar realizada en París, Francia, en febrero pasado. Allí se mostraron los
12 bombones en cajas de madera elaborados y pintados de manera artesanal. “Nuestros productos se venden en
restaurantes especializados y de acuerdo con el pedido del cliente”, indica Fraga.
Los alumnos del sexto semestre de la Unach formaron una asociación denominada Cárnicos Andinos. Los jóvenes con el apoyo
de docentes consolidaron un proyecto para elaborar embutidos con la carne de cuy y conejo, el chorizo de
llama y el pastel andino. Los 12 jóvenes procesan 80 kilos de carne en una semana y bajo pedido en los laboratorios
de la universidad.
Sebastián Guerrero, director de la Unidad de Agroemprendimiento de la Unach, explica que la asociación de los chicos se encuentra
constituida de manera legal y ahora buscan un crédito en BanEcuador. Los dineros serán utilizados para adquirir
maquinaria para no depender del centro universitario y crear su propia fábrica.
“Su producto es un éxito y lo compran bajo pedido en diferentes sectores de la ciudad y en las ferias productivas que se
organizan”, asegura Guerrero.
Otra de las instituciones en apoyar los emprendimientos es la Unidad de Mejoramiento Económico de la Prefectura. Los técnicos
planifican invertir USD 142 000 este año en la adquisición de equipos, maquinaria y capacitaciones en ocho
emprendimientos. Son pequeños negocios de venta de truchas, lácteos, productos agroecológicos, mermeladas
de frutillas, panela, balanceado para semovientes y derivados de la tuna. Belisa Álvarez, encargada de la
Unidad, contó que estas iniciativas surgieron desde el 2013. “En el 2017 se invirtieron USD 120 000 en estas
ideas de negocios y ya se han conseguido buenos resultados”. Un grupo de investigadores formó la Fábrica
de Ideas Espoch el año pasado. El equipo es el encargado de buscar ideas innovadoras entre los estudiantes
con incidencia social, para luego mejorarlas y que sean parte de concursos internacionales.
Juan Carlos Pomaquero, docente e integrante de la fábrica, dijo que varios proyectos fueron parte de los concursos en Dubái,
Shanghái, Cairo y Quito. Los prototipos que presentaron en estas ferias mostraban soluciones a diferentes
tipos de energías. Entre las que consta la creación de un aparato tecnológico que recolecta la humedad y
la transforma en agua o cargar una batería en el momento de escribir.
“Ahora buscamos la manera de comercializar los prototipos creados por los alumnos. Estamos buscando inversiones que apuesten
por estas innovaciones”, sostiene Juan Carlos Pomaquero.