La Cámara de Industrias y Producción lanza una propuesta de políticas públicas como aporte al debate en tiempos electorales, sobre el rumbo que debería seguir el país en el próximo cuatrienio.
T oma la forma de un libro de 84 páginas titulado ‘Yotepropongo Ecuador’. Es una excelente síntesis de los requerimientos de una sociedad que reflexiona, que busca una mejor calidad de vida y oportunidades para las nuevas generaciones.
Hace el recuento la CIP de la gradual evolución de las constituciones del Ecuador, culminando con la actual, hacia un Estado garantista. Pero hace dos reflexiones.
La una, que hay que tener la precaución que los nuevos derechos sociales que garantiza el Estado estén dentro de las posibilidades de éste de cumplir. No se debe garantizar lo que no se puede cumplir.
Los países del norte de Europa extendieron garantías a su población en la medida en que se incrementaba su productividad. No han fallado. En cambio, los del sur de Europa se apresuraron a otorgar las mismas garantías y en ciertos casos las superaron, pero los Estados requirieron endeudarse para cumplir. Hoy, eso hizo crisis; Grecia, Portugal y España deben retirar derechos antes garantizados.
Otra reflexión es que las nuevas garantías son adicionales, y no sustitutas, de las viejas garantías del Estado liberal. Debe respetarse la vigencia de la libertad de expresión. El derecho a la propiedad privada, añadiría yo.
Otro avance constitucional es la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. Ese es un punto que promueve la Constitución de 2008, creando una Función de Transparencia y Control Social.
Pero para que esta participación sea efectiva, la Función de Transparencia debería ser independiente del Poder Ejecutivo. Como lo deben ser las otras funciones del Estado.
La independencia de las funciones no implica conflicto. Evita la concentración del poder en unas solas manos.
La materia económica ocupa buena parte de las 84 páginas. La CIP considera que en tiempos de vacas gordas el Estado debe ahorrar para tiempos de vacas flacas. Que además, el fuerte incremento del gasto público estimula la demanda por encima de lo que el sector productivo está en capacidad de satisfacer, y es lo que genera déficits comerciales abultados.
Aboga también por la previsibilidad y estabilidad tributaria en el largo plazo, como mecanismo para reducir la incertidumbre y por lo tanto estimular la inversión.
Plantea la necesidad de una economía abierta. Las empresas deben ser competitivas en la economía globalizada. Hay que bogar porque nuestros productos sigan entrando sin discrimen en nuestros principales mercados, la Unión Europea, los EE.UU. y la CAN.
En lo social, propone un incremento del gasto en salud de 0,5% hasta alcanzar 4% PIB.
Y mucho más. A leer Yotepropongo.