Yoani Sánchez visita Miami. Es la escala más difícil de su largo periplo. En todas partes, como los toreros consagrados, salió en hombros de la multitud. En Florida también triunfará, pero le costará un poco más de trabajo.
Probablemente la mayoría de los cubanos la quiere y respeta, pero no faltan quienes la adversan por razones, con frecuencia, irracionales.
Yoani ha dado docenas de charlas, concedido cientos de entrevistas, y enfrentado exitosamente a las turbas simpatizantes de la dictadura castrista enviadas por la Embajada cubana en cada sitio donde ha sido invitada a hablar. En más de medio siglo de tiranía, nadie fue más eficaz en la tarea de desmontar los mitos del Régimen y mostrar la miserable forma de vivir de los cubanos .
Las armas de Yoani han sido la sinceridad, una lógica aplastante, la innata capacidad para la comunicación y su propia y atrayente personalidad. Es decir, los rasgos que fueron despertando, primero, la curiosidad de grandes medios e instituciones -Time, El País, The Miami Herald, Foreign Policy, Columbia University-, y luego la admiración de millones de lectores en el mundo que encontraban en sus crónicas una equilibrada descripción del empobrecido manicomio cubano .
El Régimen castrista, decidido a convencer de que detrás de cada crítica está la mano de Estados Unidos, se empeñó en demostrar que Yoani era una marioneta de la CIA.
No había nada de eso. Como suele ocurrir, el talento de Yoani, la suerte y el ataque de la dictadura, la colocaron en el punto de mira de los grandes centros de información, a lo que contribuyó que el mismísimo presidente Obama, cuando ya la periodista era famosa, le respondiera un cuestionario destinado a su blog.
Pudo haberle sucedido a otros notables blogueros dentro de Cuba -Claudia Cadelo, Iván García, Luis Cino-, pero resultó Yoani quien concentró el interés de la opinión pública internacional, a lo que no fueron ajenos el acoso y los maltratos del Régimen.
Es increíble que la dictadura no aprenda la lección. Quienes más daño hacen a la imagen del Gobierno han sido las víctimas de sus abusos: Huber Matos, Armando Valladares, Eloy Gutiérrez Menoyo, Gustavo Arcos, Ricardo Bofill, María Elena Cruz Varela, Reinaldo Arenas, Marta Beatriz Roque, Laura Pollán, Raúl Rivero, Oswaldo Payá.
Si la primera vez que Yoani Sánchez recibió una invitación y una visa para viajar al extranjero, la dictadura le hubiera permitido ejercer su derecho a entrar y salir libremente del país, no habría alcanzado la celebridad y peso que hoy tiene.
¿Por qué no lo hizo? Por una mezcla de arrogancia y estupidez. Por creer que pueden aplastar sin consecuencias a las personas. Afortunadamente, eso no es cierto. La suya es la voz potente de los débiles. “Un principio justo desde el fondo de una cueva puede más que un ejército”, decía Martí. ¡Bienvenida Yoani, a la libertad!