El presente tema refiere al artículo “Y usted, ¿se iría?”, cuyo autor es León Roldós Aguilera, publicado el 31 de agosto de 2011, en la página 10 sección Opinión de diario EL COMERCIO, el cual trata entre otras cosas, el autoexilio del señor Emilio Palacio.
La pregunta que se debe hacer es ¿se iría usted?, se iría usted al exilio por un delito que no ha cometido, se iría usted cuando tiene la plena convicción de no ser responsable de infracción penal alguna.
Este hecho cobarde por parte de Palacio, de salir del país, permite colegir y llegar a la única conclusión que el acusado está consciente de que su accionar fue delictivo y con ningún otro propósito más que el de injuriar al Econ. Correa.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 13, establece el derecho de toda persona a la Libertad de Pensamiento y de Expresión, que comprende en buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.
El ejercicio de este derecho está sujeto a responsabilidades ulteriores, principio que se encuentra garantizado en la Constitución y Leyes de la República, el mismo que se procura tergiversar, dejando a un lado el hecho probado legalmente que Palacio, a conciencia y voluntad cometió el delito de injurias en coadyuva con los altos ejecutivos de la Compañía Anónima El Universo.
Esta ideología tan mediáticamente difundida es errónea, ya que no se puede confundir la Libertad de Opinión con la acusación directa de ser autor de un delito, realizada en contra de cualquier ciudadano y como lo es en el presente caso, las injurias en contra del Econ. Correa, en las que se lo acusó como autor de delitos de lesa humanidad y de asesinato a inocentes ciudadanos.
Es evidente, que León Roldós Aguilera está perdiendo su norte y su razonamiento jurídico es totalmente equivocó a más de antiético, el hecho que un jurista aproveche el espacio brindado por un medio de comunicación, para promover la defensa de su cliente, en forma contraproducente y no honesta.
Lamentable también es, que se quiera hacer ver al señor Palacio como un héroe a la luz de la sociedad, cuando lo que éste hizo al escribir el editorial “No a las mentiras”, fue injuriar al economista Correa y jugar con la memoria de las víctimas del 30 de septiembre del 2010, que quedará fatídicamente en la historia y memoria del pueblo ecuatoriano.
Las interrogantes sobre la validez del proceso, serán dilucidadas por los jueces de Instancia, al momento de resolver las impugnaciones como todos tenemos conocimiento.
Al intentar de alguna forma presionar mediante este tipo de declaraciones a la Función Judicial, no evidencia nada más que una clara intromisión mediática y violatoria a la independencia interna y externa que goza la Función Judicial.