¿Todos y todas?

Así como la corbata jamás fue sinónimo de decencia, tampoco ponerse una camisa con símbolos folclóricos vuelve étnica a la persona que la viste; el uso de expresiones como "todos y todas" no convierte a la persona que la repite en más incluyente o excluyente a quien no recurre a la absurda muletilla. Todo lo que se hace por novelería tiene un impacto superficial porque la conducta de la sociedad se mide por valores. El respeto es mucho más importante que hablar bonito o pasarse horas hablando con el fin de deleitar, conmover o persuadir a las masas.

Estoy completamente de acuerdo con los movimientos que buscan transformar el estatus quo, promover la igualdad de derechos y oportunidades y luchan contra la discriminación. Pero más importante que hablar de forma rebuscada es necesario un cambio de actitud mental.

Alrededor de esos movimientos se ha generado, en paralelo, un lenguaje muy específico, que ha sido aprovechado por los políticos que, en sus discursos, incorporan muletillas, lugares comunes, pleonasmos, vulgarismos idiomáticos. Lo peor de todo es que no hacen ningún esfuerzo por corregir y continúan con la cantaleta innecesaria, como la de "todos y todas".

En marzo del 2012, la Real Academia Española de la lengua se pronunció sobre este tema específico, pero muy pocos se enteraron porque no solo se repite "todos y todas", sino que han agregado disparates supremos como "millones y millonas", "testigos y testigas", etc.

En post de no ser sexista, la Academia advirtió que se está forzando al castellano al tratar de feminizar cargos públicos o gentilicios, tales como "uruguayos y uruguayas", "paraguayos y paraguayas", etc. De acuerdo con ese pronunciamiento, la Academia indicó que los hispanohablantes no necesitan modificar el uso del idioma para huir del sexismo. Se sabe, dice la entidad académica, que el "todos" puede referirse a toda la población y que, como es obvio, incluye a hombres y mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas, jóvenes, adolescentes, etc.

El profesor Bosque fue el autor del informe titulado 'Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer'. Los miembros de la Academia lo aprobaron porque, para entonces, ya se había regado el mal uso del idioma en varios países de habla hispana. Incluso, en algunas constituciones, se reitera hasta el cansancio "los y las" y parece que quienes las redactaron nunca recurrieron al asesoramiento de un lingüista.

Me parece que el principal aporte del profesor Bosque fue la elaboración de una guía que ayude a los líderes de opinión a tener una comunicación más adecuada con las personas que reciben a diario sus mensajes. Una propuesta interesante es el uso de palabras como "la ciudadanía" en lugar de "los ciudadanos y las ciudadanas" o "el profesorado" en lugar de "los profesores y las profesoras" para hablar de grupos compuestos por hombres y mujeres.