Una voz inolvidable

En la tarde del domingo se extinguió la vida de Édison Vargas Acosta. Miguel Rivadeneira, buen compañero de EcuadoRadio y amigo mutuo, lo visitó minutos antes y comunicó la noticia.

Édison Vargas, con 75 años, fue uno de los mejores locutores de la radiodifusión nacional. Pero fue mucho más que eso. Sobre todo, fue una buena persona.

Siempre recordaré el primer encuentro. En 1978 en Radio Sideral. Jorge Aguilar Veintimilla dirigía el programa ‘La hora de la verdad’ en su emisora. Walvin Vargas, hermano menor de Édison, tenía un programa matutino y era la voz comercial. Allí conocí a sus hermanos Marco y Miro. Todos grandes locutores. Édison fue contratado para renovar las presentaciones del programa taurino, entonces el más antiguo.

Fue todo un espectáculo oír la grabación. Explicar con palabras su voz es un ejercicio inútil. Tanto por lo inenarrable cuanto porque, seguramente, la mayoría de los lectores podrá recordar su voz, profunda, matizada con intensión y vigor, todo lo cual daba a su mensaje tono tan solemne cuanto cabal credibilidad a su contenido.

Pero la voz de Édison ya me era muy familiar. Oyente habitual de Radio Quito y aficionado al fútbol, sabía de memoria las cuñas que él locutaba en los partidos. Con Alfonso Lasso Bermeo (Pancho Moreno) y Blasco Moscoso Cuesta formaron un trío radiofónico tan potente como amable. Por allí pasaron y se formaron varios periodistas destacados, entre ellos Patricio Jarrín.

Las casualidades de la vida y la puerta que me abrió Alfonso Lasso, entonces gerente de Radio Quito, me llevaron en 1982 a La Voz de la Capital. Durante 20 años dirigí los espacios taurinos y poco tiempo después, y una vez que Édison dejó la locución comercial en los partidos de fútbol, tuve la suerte de que me aceptara formar parte del equipo de transmisiones taurinas por muchos años. Con Édison compartimos micrófonos y burladeros junto a Carmen Toledo, Manolo Franco, Santiago Iturralde, Fernando Romero, Santiago Pimentel, Gustavo Cevallos, Darío Miranda y hasta el periodista y gran amigo Iván Oña.

Como esa misma vida nos puso en el camino que habíamos de compartir, con Iván Oña en la dirección de EcuadoRadio, producíamos además Micronoticias ( con Nieves León y Mayra Clavijo). Nunca olvidaré el rostro asustado de Édison la noche del 5 de marzo de 1987, después del primer terremoto. Pasó - pasamos - entonces más miedo que cuando algún toro saltaba al callejón o imponía su respeto haciendo temblar la arena y crujiendo las maderas de la plaza de toros al rematar en los burladeros.

Esa misma vida nos dio ocasión de compartir micrófonos en decenas de jornadas periodísticas y transmisiones de noticieros con Mayra Miranda y Miguel Rivadeneira. Él siempre fue igual, respetuoso, amigo de sus amigos, bromista y un maestro para las decenas de locutores y periodistas que le admiramos en su quehacer y que sabemos que ese último ‘precio bomba’ de TVentas de sus últimos años ya nunca sonará igual.

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