Voces que oxigenan

Mientras el asilado Julián Assange hace lo que le da la gana desde la sede diplomática del Ecuador en Londres, más voces internacionales y nacionales abogan por la plena vigencia del sistema democrático, la tolerancia, el respeto a los derechos humanos y a las libertades individuales, entre ellas de expresión ciudadana.

Mientras Assange habla hasta por los codos a pesar de su condición de asilado, el Premio Nobel de la Paz y ex presidente de Costa Rica, Oscar Arias, vino a Quito, ofreció una conferencia magistral y abogó por la paz, la democracia y la defensa de las libertades. Dejó mensajes sencillos pero profundos. Una democracia sin libertades no es democracia y por ello condena la intolerancia de regímenes autoritarios en la región y que tienen origen y respaldo popular.

Mientras se observan contradicciones en torno al caso Snowden, Arias se refirió a la Ley de Comunicación y consideró que si se utiliza el poder para cercenar las libertades no es democracia. Las autoridades están sujetas al escrutinio público y a la crítica y deben asumir con tolerancia como demócratas. Hay casos en el mundo que reflejan que no están satisfechos pero conviven con la crítica.

Según Arias, amenazan a la democracia la concentración del poder y la falta de independencia de las funciones del Estado, el irrespeto a la ley, la ineficacia de los aparatos estatales y el poder de la fuerza militar. La fragilidad del estado de Derecho y la actitud de quienes no quieren decir hasta aquí nomás a los autoritarios. Quizás el papel más importante atribuye al pueblo, que es el que finalmente acepta que le cercenen las libertades a cambio de ayudas y recursos para entretenerse en el consumo .

Mientras en España el Nobel Mario Vargas Llosa y la activista de DD.HH. y bloguera cubana Yoani Sánchez fustigan la Ley de Comunicación y ella invoca a no dejarse encerrar y callarse como en su país, acá el reconocido jurista y defensor de causas sociales, Julio César Trujillo, fundamentó sus críticas y calificó que la ley contiene disparates y que es deplorable.

Mientras existen personajes del mundo que luchan por las libertades, el respeto a la opinión ajena, la consecución de la paz, como aboga Óscar Arias, la embajadora de Canadá en el Ecuador, Pamela O'Donnel, envió un mensaje positivo de defensa de la democracia, de respeto a las libertades y a los DD.HH.

En función positiva y en defensa del Ecuador, que es el que queda bien o mal en el exterior, debería reflexionarse y abrir espacios para el diálogo y el debate civilizados. Si no somos capaces por lo menos de conversar respetuosamente sobre los grandes temas nacionales, el que pierde es el país. Aunque se pongan reparos, es hora de dejar las actitudes personales, desarmar las conciencias y meditar sobre la herencia que se deja a las nuevas generaciones.

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