Dos personajes aparecen hasta hoy -y desde hace tiempo- como posibles candidatos a la Presidencia del Ecuador en el no muy cercano ni muy lejano 2017. Se llaman Rafael Correa y Guillermo Lasso y no se pueden ver entre sí. Pero los dos protagonizan -cada uno a su manera- una “campaña total”. Uno de ellos con el gran respaldo de Carondelet en masa y con el apoyo de una veintena de medios, además de su entrega a la causa. El otro también en constante movimiento, con el respaldo económico de sus ganancias bancarias y con mucho entusiasmo, casi tanto como su contendor.
Por supuesto, Correa habla muy mal de Lasso y viceversa. Posiblemente una diferencia es que a veces Rafael dice que talvez, pero muy talvez, no se postulará en el famoso 2017 y Guillermo nunca acepta esa posibilidad. ¿Quién más suena para ser candidato? Nadie más por ahora, más aún tomando en cuenta que Rafael y Guillermo dan la idea de que están muy contentos con sus postulaciones y no aparecen otros personajes interesadosen llegar a la Presidencia del Ecuador en una temporada de vacas flacas.
El sonado debate de los cuatro economistas -con el Presi a la cabeza- tuvo sus altos y bajos. Fue, por cierto, una novedad. El Jefe está acostumbrado a su amada sabatina, que entre otras cosas no permite ninguna voz crítica. Ni soñar que surjan voces disidentes, como sucedió en el susodicho conversatorio. Los tres economistas adjuntos, por ejemplo, dijeron que hay crisis y Correa decretó que no. Vistazo bromea que la jornada se dividió en tres actos: crisis, zafarrancho y sancocho. No fue para tanto pero sí se registraron discrepancias y críticas y hubo un inesperado choque entre el Presidente y el jefe de Avanza, Ramiro González. El asunto pasó luego a mayores y durante esa sancochuda noche se perfiló que el partido nacido en el IESS está ya en la oposición cuando antes se mostraba correísta. Por ahora González está ocupado preparando su defensa frente a las acusaciones, pero luego se sabrá algo más sobre el futuro “avanzista”. ¿Qué harán las fuerzas de oposición, aparte de unirse contra las enmiendas? Así, pues, hasta aquí, se diga lo que se diga, el choque del 2017 huele a Correa vs. Lasso.
¿Qué más dejó el debate? Alberto Dahik reiteró que solo el FMI salvará a este país de la crisis que -según el Jefe- casi no existe mientras no dejan de surgir las malas nuevas. Ya no funcionan los préstamos chinos. Arabia Saudita no puede hacer lo que le dé la gana en materia petrolera, aunque le pidan dos países de la Alba. La deuda está muy alta. La situación yace superdifícil. El correísmo puso de patitas en la calle al Fondo Monetario Internacional. “No importa”, reitera Dahik y, de pronto, AA -Alberto Acosta B.- le apoya, muy discretamente, por cierto. Es posible que el FMI pueda ayudar y hacerlo sin firmar una temible “carta de intención, dice AAB. ¿Cómo entonces? Con un buen préstamo, a largo plazo y otros aportes que podrían funcionar para que el exfurioso Ecuador vuelva serenamente al redil. En otras palabras, es posible que Dahik no haya arado en el mar en la noche del debate entre cuatro economistas y un zafarrancho.