En Santa María Nebaj reina el miedo y la desconfianza. Los vecinos de este municipio indígena del noroeste de Guatemala creen que volverán a presionarlos para que no repitan los desgarradores testimonios de violaciones a los derechos humanos que prestaron en el juicio al exdictador Efraín Ríos Montt.
La incertidumbre de los testigos ixiles se instaló al conocer que pueden ser convocados para contar otra vez su trágica historia en nuevo juicio, después de que la Corte de Constitucionalidad (CC) acogió una de las tantas recusaciones presentadas por la defensa de los acusados y dejó sin efecto el tramo final del proceso a Ríos Montt.
Esa decisión anuló la sentencia a 80 años de prisión que le habían dictado el 10 de mayo.
Según la CC, el juicio debe volver atrás en el tiempo y retomarse a partir de lo actuado hasta el 19 de abril, cuando el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, presidido por la jueza Yassmín Barrios, ya había escuchado la mayoría de los testimonios y analizado los peritajes, y únicamente faltaba que la parte acusadora y la defensa resumieran sus argumentos y se dictara sentencia.
Como la ley guatemalteca prohíbe que una misma corte vuelva a emitir opinión sobre un mismo caso, las nuevas actuaciones quedarán en manos del Tribunal de Mayor Riesgo B. Este tiene ya 21 procesos en su agenda, lo cual significa que el nuevo juicio a Ríos Montt y a su jefe de inteligencia, José Mauricio Rodríguez Sánchez, se programaría recién para abril de 2014.La corte presidida por Barrios había concluido que el jefe de la dictadura desde marzo de 1982 al 8 de agosto de 1983 “tuvo el poder absoluto por lo que tenía pleno conocimiento de los crímenes y no los detuvo a pesar de tener el poder de hacerlo”. Ríos Montt fue encontrado culpable de genocidio y delitos contra los deberes de humanidad, mientras que Rodríguez Sánchez fue absuelto, se consideró que no existía suficiente evidencia.
Ese fallo significó un momento histórico, no sólo para Guatemala sino para muchos países latinoamericanos y de otras regiones que sufrieron experiencias represivas similares, ya que fue la primera vez que un exgobernante era condenado por genocidio en su propio país.
Días después de que 98 ixiles narraran ante el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo masacres, violaciones grupales contra mujeres y niñas, torturas y ejecuciones de que las habían sido víctimas o testigos. Las víctimas han dicho que no son juguete para que se les esté llamando a cada rato. Confiaron en la justicia y ahora se sienten defraudados y con temor”, aseveró Rodríguez.
Se albergan pocas esperanzas de que, si llega a repetirse el juicio, se logre por segunda vez una sentencia condenatoria contra Ríos Montt. “Si bien los jueces están mostrando mayor independencia, hay sectores del poder económico que no van a permitir que se juzgue a los poderosos”, dijo con tono sombrío.