Sí, es correcto, el Fondo Monetario calcula la deuda pública de una manera distinta a la que ha venido calculando el gobierno ecuatoriano en los últimos años. Pero es al revés: para el FMI, la deuda pública es mayor que para el gobierno. Y ya era mayor, incluso antes de que se les ocurriera hacer los recientes cambios que hicieron a la forma de cálculo de la deuda.
Los últimos datos del FMI de deuda pública ecuatoriana son para diciembre 2015. Aquello que el FMI señala como “deuda pública” son USD 34 128 millones, cuando para ese mismo mes el gobierno calculaba una deuda de USD 32 772 millones, es decir, había una diferencia de USD 1| 406 millones (es importante insistir que el dato del FMI es el más alto).
La diferencia entre los dos datos es algo medio obvio: para el FMI, la preventa petrolera es una deuda. Y si se analiza detenidamente el tema, suena sensato que se lo contabilice de esa manera pues es una obligación que devenga intereses y que se va extinguiendo con pagos periódicos (en este caso por el valor de mercado de las entregas de crudo).
Al FMI, por lo tanto, le parece que la preventa de petróleo es una deuda. El Ministerio de Finanzas, evidentemente, opina lo contrario.
Pero hace un par de semanas, el gobierno decidió usar, sobre todo para fines legales, un cálculo diferente de lo que es la deuda pública. Decidió, en pocas palabras, no contabilizar lo que unas instituciones del sector público le deben a otras instituciones del sector público. Específicamente, decidió que la deuda del gobierno central con el IESS no debe contabilizarse.
Por cierto, el cambio fue casi milagroso porque, de un plumazo, se esfumaron USD 11 500 millones. La deuda pública, casi mágicamente, se redujo en más de 11 puntos porcentuales del PIB. Admirable magia de la revolución ciudadana.
Luego se argumentó que instituciones internacionales también contabilizaban la deuda descontando lo que el sector público le debe al sector público, pero ese dato es inexacto porque el FMI tiene un valor hasta más alto que el número ‘corregido’ del gobierno y la Cepal (institución de Naciones Unidas difícilmente catalogable como neoliberal), usa un dato casi idéntico al viejo cálculo, a ese donde lo que el gobierno central le debe al IESS, si es considerado como una deuda.
Entonces, la Cepal calcula la deuda incluyendo todo lo que suena lógico incluir, mientras que el FMI tiene un cálculo todavía más alto (porque a ellos sí les dan la información sobre el saldo de la preventa petrolera). O sea, ese cálculo nuevo que no contabiliza la deuda con el IESS no es mágico, es equivocado.
Y no es mágico porque en economía no existe la magia ni existen las soluciones mágicas. Sí existen (aunque deberían prohibirse) los que ofrecen soluciones mágicas.