Mediante Decreto 7.375 publicado en la Gaceta Oficial de Caracas, el presidente Chávez decide trasladar los archivos del Libertador Simón Bolívar y el general Francisco de Miranda de los repositorios de la Academia Nacional de Historia de Venezuela a la custodia del Archivo General de la Nación. Dichos archivos son actualmente parte de lo que se llama “Memoria del Mundo”, nombrados por Unesco en 1997. Ambos archivos son “vivos”, han sido alimentados permanentemente con nueva documentación y son consultados con frecuencia en las instalaciones de la Academia abiertas al público que se dedica a la investigación.
Estos dos archivos son parte de una gran colección de prohombres, sobre todo, venezolanos; son archivos “conectados”, o sea parte de una memoria organizada de manera relacionada y bajo criterios específicos, tal como sucede en cualquier archivo del mundo. Si bien cada colección tiene su especificidad, la organización general de estos archivos es una unidad que no conviene desde el punto de vista histórico, desmembrar.
Sin embargo, por razones de carácter político, o más bien demagógico, el señor Chávez decide desmembrarlo, le interesa únicamente lo concerniente a Bolívar y Miranda, lo demás no es parte de la estrategia de gobierno. Los documentos estarán más cerca de él, mejor controlados. No me extrañaría que contrate a sus “historiadores” con el fin de manipular la información a su favor, usando partes -convenientes al presente- de los discursos de ambos. Investirse de salvador de la patria, recoger, como lo ha hecho, esa estela de imágenes bolivarianas que aún queda en el inconsciente colectivo de muchos hispanoamericanos para su propio provecho. En este trajín oportunista y perverso, muchos documentos se perderán, otros cambiarán de orden, algunos se manipularán física e históricamente en forma indebida, etc.
Este patrimonio no es de Chávez, nos pertenece a los americanos. Prácticamente todos los documentos están relacionados no solo con la historia de Venezuela sino con América. El archivo de Miranda entregado a la Academia en 1888, contiene 63 tomos con manuscritos e impresos de sus Viajes, Revolución Francesa y Negociaciones, amén de 925 volúmenes de documentos copiados del Archivo de Indias; el del Libertador iniciado por el mismo en 1813, de alrededor de 280 tomos, guarda 17 referidos al Mariscal Sucre. El archivo de Bolívar es riquísimo ya que contiene documentos militares, cartas personales, juicios, proclamas, decretos, familiares.
Es una verguenza que se destruya un archivo tan bien manejado y custodiado. Ojalá esta decisión fuese revisada’