Venezuela, más allá del límite

La crisis humanitaria, la carencia de democracia, la muerte y el abuso autoritario tienen a Venezuela en las primeras planas de la prensa mundial en una situación sin salida aparente.

La revolución bolivariana, que estimuló el mal llamado socialismo del siglo XXI cuyo propio mentor puso en cuestión, se ha cargado la paz pública, la democracia, ha esquilmado la economía y para colmo ha quitado la libertad y la vida de las personas.

En días recientes el ataque al policía rebelde Óscar Pérez, su muerte y la de sus acompañantes, es la muestra de la violencia brutal y desenfadada que puede desatar un régimen tiránico que abusa de la fuerza y hace ostentación de ella para atemorizar a la población.

El gobierno se burla del calendario electoral, pretende adelantar elecciones – acaso para manipular resultados – deja fuera de base al valiente líder opositor Leopoldo López, encarcelado como criminal y a quien el Gobierno no quiere como contendiente.

Como López, más de una centena de presos políticos purgan en prisión el pecado de oponerse a la represión y a la tiranía.

Nicolás Maduro, además de hablar sin freno, con ignorancia y arrogancia, declara ‘persona non grata’ al embajador de España.

El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, se muestra preocupado por Venezuela y el Secretario de Estado norteamericano tratará el delicado caso en una gira por México, Argentina, Perú y Colombia, este último país fronterizo y que sufre la desbandada de venezolanos quienes huyen por el hambre y la opresión por la extensa frontera binacional y sus pasos clandestinos.

Ni los llamados desesperados ni la invocación a la Carta Democrática sensibilizan las conciencias de supuestos demócratas que a nombre de respetar la soberanía se ponen una venda en los ojos a uno de los atropellos a la libertad, a la democracia y a la vida negando la historia continental reciente. Se mueven entre el silencio o la displicencia. ¡Inaudito!

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