‘Recuerda el alma dormida, avive el seso y despierte / contemplando / cómo se pasa la vida, /cómo se viene la muerte /tan callando, /cuán presto se va el placer, /cómo, después de acordando, /da dolor; /cómo, que a nuestro parecer, /cualquiera tiempo pasado fue mejor” (Coplas por la muerte de mi padre, de Jorge Manrique, 1440-1479).
No soy poeta, ¡pero cómo me gustaría serlo en esta época en que los gobernantes no cumplen su rol! En la que los mandatarios de otras épocas tuvieron más visión que el actual. Este país fue mejor comprendido por una dictadura oficialmente declarada en la década de los sesenta, que la vigente dictadura que desconoce lo que sucede en el mundo contemporáneo. Gobierna gente con visión obtusa de la realidad. ¿Por qué una dictadura, la de la Junta Militar de Gobierno, fue mejor que la dictadura disfrazada de régimen democrático? Porque insertó al Ecuador en el mundo. No alejó a la nación de la realidad de esa época. Porque las cosas se hacían respetando la ley (aunque parezca paradójico). Porque el país tenía una política internacional soberana e independiente. Porque no éramos el hazmerreír del mundo.
En la dictadura militar de los sesenta, se ratificó el Convenio de Viena sobre Relaciones Consulares, en el que se creó la llamada valija diplomática cuyo objetivo fue el que los gobiernos remitan a sus misiones diplomáticas acreditadas en el exterior, “correspondencia y documentos oficiales, u objetos destinados exclusivamente al uso oficial”.
A pesar de la vigencia del Convenio de Viena, el Ministerio de Relaciones Exteriores decidió que la valija diplomática también sirva para otro tipo de “enseres” y “productos”. Por ello expidió la Resolución 55, publicada en el Registro Oficial de noviembre 21 de 2011, disponiendo que no solo transportaría correspondencia oficial, sino cualquier objeto, valor, medicina, donación, obras de arte, etc.; es decir, lo que le venga en gana a los de la revolución ciudadana, sin percatarse que una resolución interna de una nación, no puede reformar un instrumento internacional. Gracias a esta modificación, se exportaron 40 kilos de coca para deshonra de Ecuador. Dejó de ser valija diplomática para convertirse en baúl de bienes costosos y de prohibida comercialización.
El Presidente debió rogar, en cadena nacional, el perdón de la ciudadanía, y cancelar de inmediato a Patiño, por ser el jefe del Ministerio responsable de la valija diplomática, instrumento utilizado para exportar droga. El pueblo debió salir a las calles para protestar. Ecuador, ahora, de manera oficial se ha convertido en exportador de droga. Con este gobierno se hace realidad aquello de “cualquiera tiempo pasado fue mejor”.