Las piezas en el tablero de ajedrez se han movido. El candidato menos vanidoso pero más inteligente, preparado y capaz, con consciencia de ciudadano y de su responsabilidad hacia Quito, se retira, dejando el espacio para que otros, como sea, a su manera, sumen votos a su favor.
Valiente el candidato y, mis respetos, porque se retira dando un ejemplo de cómo deberían ser todos los políticos, pensando primero en su ciudad y luego en sí mismo. Que los demás se contagien, incluidos aquellos que hoy son grandes contra del actual Alcalde y que se convierta en epidemia. Que los cuentavotos tengan menos valor que los valores y los principios, valga la redundancia.
La política es así y, aunque personalmente no esté de acuerdo, a veces hay que sacrificar, no los principios, pero sí los espacios y movimientos para lograr la tan deseada y esperada unidad. Esta llegó, con las justas, pero es una realidad cierta y los quiteños tendrán que votar con más consciencia que nunca. Tengo la esperanza de que sepamos hacerlo, siempre pensando en el futuro.
Y ante esta grandiosa unidad, unos presentan candidato a Alcalde y listas, otro presenta a Prefecto y listas de concejales, entre los dos hacen una sola fuerza a favor de la ciudad y la provincia. Espero que la tesis de presentarse y unirse en contra del Burgomaestre actual se corrija y se presente un plan proactivo, serio y responsable. En el tablero de ajedrez, con sabias movidas se ha logrado un jaque mate, habrá que ver las reacciones del contrincante que creía no tener competencia.
Los hiperseguros acaban de perder la seguridad. Los rumores se aceleran, el río suena y piedras traerá, ¡qué dolor para quienes se rompan los dientes! Los implicados, ahora que tendrán que aceptar que su candidato no es bien apreciado por un altísimo porcentaje de los ciudadanos se verán obligados a tomar acciones.
¿Cambiarán el candidato? ¿Saldrán a la palestra algunos de los que sonaban como cura para la enfermedad? Las acciones, los cálculos, tendrán que ser rápidos por parte de quienes, con tanta seguridad, ya se consideraban reelectos. La ciudadanía se une en busca del bienestar de la urbe, que no sólo es de los quiteños, sino la capital de los ecuatorianos.
Se moverán las papas y las habas también. Pueda ser que para el momento de esta publicación, el panorama sea totalmente distinto, y tengamos el candidato de la unificación y uno nuevo de oposición.
Las cosas se ponen interesantes, el ambiente político cambia, y esperemos que la maquinaria publicitaria, quiero decir propagandista, no se ponga las pilas y crean los inocentes ciudadanos que el aeropuerto ya tiene vías, el metro esté listo y no sólo las paradas en supuesta construcción, que los agentes metropolitanos están funcionando y no que los pobres, enfundados en su gigante y colorido uniforme, actúen exactamente como los semáforos, duplicando el caos. ¡Uy, qué miedo sentirán!