Las elecciones presidenciales en el Uruguay fueron ganadas, el 29 de noviembre pasado, por el candidato José Mujica del Frente Amplio en el poder.
El ‘Pepe’ como se lo conoce a Mujica, es uno de los referentes principales del movimiento Tupamaro que desató en la década de 1960 una guerrilla en contra de gobiernos democráticos y que en 1969 había formado parte de la llamada Toma de Pando y el robo al Banco de la República.
Reprimido el movimiento por una dictadura militar que duró doce años, estuvo en prisión por luchar contra la dictadura para instaurar en su país un gobierno revolucionario de orientación marxista.
Luego de la instauración de la democracia, Mujica fue electo como miembro del Congreso, y retomó, dentro del marco democrático, su vocación política de servir. a sus conciudadanos.
En el gobierno de Tabaré Vázquez, a quien sucederá en el poder, desempeñó el cargo de Ministro de Ganadería y desde ahí ejerció un liderazgo que lo proyectó como candidato a la Presidencia de la República por la coalición gobernante de partidos de izquierda. Al momento de su elección, los comentarios políticos se centraron a definir el contenido de su Gobierno.
Dado su pasado de extrema izquierda, algunos analistas pronosticaban en el plano doméstico una radicalización del modelo proclamado por las fuerzas que lo llevaron al poder, y en el plano internacional, miembro seguro del grupo ALBA contribuyendo al discurso populista del siglo XXI.
Para otros, la fuerte institucionalidad del Uruguay no permitiría un experimento que rompa con el modelo social demócrata de desarrollo y que vaya en contra de lo establecido en el marco constitucional y legal vigente; en un país en donde los caudillos no cuentan sino las instituciones.
Por lo tanto, el gobierno del próximo presidente ‘Pepe’ Mujica, continuará privilegiando la inversión social. Con relación al sector privado y su rol dentro de la economía, en una reunión con empresarios llevada a cabo hace pocos días atrás en Punta del Este, el Presidente electo dijo que, “La riqueza no se genera por decisiones legislativas; es hija de la inversión y del trabajo” y para que no quede ninguna duda agregó de inmediato que “los que crean riqueza son los empresarios, los emprendedores”. Estas declaraciones llevaron a calificar a Mujica como un presidente liberal. Más bien el calificativo apropiado sería el de un presidente pragmático, en donde los escasos recursos públicos serán invertidos para continuar mejorando la calidad de vida de los uruguayos; y las inversiones productivas que generan empleos, caerán en el ámbito empresarial privado.
Resaltando uno de los bienes más preciados que son la libertad y la seguridad, Mujica invitó a los empresarios a que vayan a la República Oriental del Uruguay, en donde los altos funcionarios, y los ciudadanos caminan sin temor y sin custodia a lo largo y ancho del país.